mardi, février 13, 2007

La Oveja Negra - Monterrosso

La oveja negra
Augusto Monterroso

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.

Fue fusilada.

Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.

Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.


Así, siguiendo con el genio de Monterrosso, transfigura una actitud tremendamente humana en una metáfora cargada de un sarcasmo ingenioso y refinado.

Nuevamente nos encontramos con este género llamado Microcuento, en donde en muy pocas líneas aparece una estructura narrativa sólida y completa, con todas sus partes bien desarrolladas a un nivel mínimo, en cantidad, jamás en calidad, pues Monterrosso no escatima en expresividad al narrar la historia de un pueblo entero, quizás, de la humanidad, llevando el climax de la narración a exactamente un paso antes del final, que lanza de una manera directa y sin rodeos, concluyendo lo único que podía concluirse de un fenómeno del que tantas esculturas tristemente nos recuerdan como cierto.

Nos interesaba mostrar este tipo de relatos, que por cierto continuaremos mostrando, por que es fundamental entender la diversidad de posibilidades que ofrecen las letras.

Acostumbramos, en los colegios, a ver los recursos más tradicionales de la escritura, cosa que no está mal, hay que de alguna forma sacarle partido al poco tiempo que ofrece el programa educacional, que por cierto, no es mucho. Y para quienes resulten interesados, los pocos que, o bien, hayan tenido la suerte de estudiar con un profesor capaz de mostrarle a los alumnos el por qué le encantan esos temas, y algo le haya quedado, o bien, aquellos que por motu propio han desarrollado un interés en las artes de las palabras, y quieren aprender más de las posibilidades que se ofrecen.

Pues aquí hay un ejemplo más de un buen uso de libertad creativa, en directa relación con extrema expresividad a la hora de proponer un modo de narrar.

Monterrosso es uno, por no decir él más grande de los expositores de este género y su trabajo ha inspirado a muchos, de una manera que consideramos excelente, por ejemplo, la gran cantidad de concursos juveniles de microrelato que han aparecido en los últimos cinco años dan muestra de un interés de los más jóvenes de, justamente, ir aprehendiendo nuevos modos de decir lo que tengan que decir.

Tanto se podría hablar de la técnica y la estructura de este relato, en términos linguisticos y literarios, pero lo dejaremos hasta aquí, esperando adentrarnos más en esas áreas en una próxima entrada.

samedi, février 03, 2007

El Dinosaurio


Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Augusto Monterrosso


Siete palabras para todo un mundo narrativo, la complejidad del microcuento ha sido tremendamente criticado, que es una técnica narrativa demasiado intelectual, que no es fácil de entender para todos, que algunos microcuentos parecen adivinanzas, que sólo funcionan con elementos culturales comunes, lo que elimina el tener que narrar todo, por lo que cabe preguntarse si realmente será algo que podrá entenderse a futuro.

Como sea, este cuento en particular es una especie de hito dentro del estilo del microcuento, y Augusto Monterrosso es uno de los principales y más célebres exponentes, con una producción literaria soberbia.


Pero, ¿cuál es, en síntesis, la razón por la que este texto tiene tal persistencia en la memoria colectiva? Después de leer los trabajos dedicados a su estudio, podríamos señalar al menos diez elementos literarios:

1) la elección de un tiempo gramatical impecable (que crea una fuerte tensión narrativa) y la naturaleza temporal de casi todo el texto (cuatro de siete palabras),

2) una equilibrada estructura sintáctica (alternando tres adverbios y dos verbos),

3) el valor metafórico, subtextual, alegórico, de una especie real pero extinguida (los dinosaurios) y la fuerza evocativa del sueño (elidido),

4) la ambigüedad semántica (¿quién despertó? ¿dónde es allí?),

5) la pertenencia simultánea al género fantástico (uno de los más imaginativos), al género de terror (uno de los más ancestrales) y al género policiaco (a la manera de una adivinanza),

6) la posibilidad de partir de este minitexto para la elaboración de un cuento de extensión convencional (al inicio o al final),

7) la presencia de una cadencia casi poética (contiene un endecasílabo); una estructura gramatical maleable (ante cualquier aforismo),

8) la posibilidad de ser leído indistintamente como minicuento (convencional y cerrado) o como micro-relato (moderno o posmoderno, con más de una interpretación posible),

9) la condensación de varios elementos cinematográficos (elipsis, sueño, terror) y,

10) la riqueza de sus resonancias alegóricas (kafkianas, apocalípticas o políticas).


Imagen "Dinosaurio" por Monterrosso.